Raúl
Molina, Ex Secretario de Descentralización de la PCM. Investigador y consultor
especializado en gestión pública local.
El especialista en temas de descentralización,
Raúl Molina Martínez, dictó una ponencia a las autoridades electas en el marco
del Seminario Regional “Transferencia
Municipal y Gestión por Resultados”, organizado por el CIPCA, Consorcio
Gobernabilidad, REMURPI y REMURPE. Allí dialogó con Diario La República sobre
este
proceso.
proceso.
¿Cómo cambia el enfoque por resultados la
transferencia de funciones?
El enfoque por resultados es una manera de
entender distinta de la gestión pública, más en función de los ciudadanos y sus
necesidades que en los propios procedimientos estatales. Vemos que hay problemas
como la inseguridad ciudadana y la corrupción… y dan vuelta en la agenda
pública y nadie los resuelve. Lo que necesitamos es un Estado que retome su rol
de nacimiento: servir a la gente. Lo que queremos es que las electas
autoridades empiecen con una lógica distinta.
¿Esto está separado de la rendición de cuentas?
La transferencia no debe incluir solo
procedimientos administrativos. Esto lo regula la Contraloría y a ellos les
encantan los procedimientos. Han puesto en la directiva el concepto de rendición
de cuentas, pero esto debe enfocarse más que en lo que hacemos, en lo que
logramos, en los resultados de desarrollo, en proyectos en curso, en metas
conseguidas, porque la autoridad que sigue, si lo que quiere es servir a la
gente, tiene que sobrepasar los resultados de la autoridad anterior.
Pero estamos en una cultura de presupuestos y
rendiciones.
Es que a veces se gasta y se gasta mal, e
incluso se malversa. Lo que interesa no es ver cuánto gastaste, sino ver cuánto
le cambiaste la vida a alguien con esa plata. El propio gobierno nacional
fomenta esto porque mide en función del porcentaje gastado y el presupuesto
gastado no dice nada. Lo que interesa es ver cuánto gasté en educación, salud,
saneamiento, y si ese gasto es de calidad.
Nuestra cultura es de gestión administrativa y
no de gestión para resultados. En este enfoque de resultados interesa lo que se
logra con la gente, y el paso siguiente es diseñar el procedimiento para
lograrlo, pero en la cultura burocrática lo principal es el procedimiento.
¿Cuál es el temor a la rendición de cuentas?
La Contraloría ha emitido una directiva nueva
muy detallada. Mi temor es que la Contraloría tiene una cultura de gestión
administrativa no por resultados. Temo que el asunto sea números de oficios,
cuánto se debe, cuánto queda en el banco… puros números que tienen que ver con
la dimensión administrativa de la gestión, pero el asunto es ver cómo está la
desnutrición de nuestros niños, en qué estado están las carreteras, cuál es la
calidad de atención en los centros de salud, es decir los resultados.
Lo que queremos es llamar la atención en lo que
importa. A nivel local hay más posibilidades de hacer esto porque la cercanía
de la autoridad y el ciudadano es mucho más concreta que la relación de un
ciudadano y el presidente de la República o un congresista.
¿Hay capacidades técnicas para afrontar esta
transferencia con enfoque por resultados?
En la democracia no se espera que las
autoridades tengan las capacidades técnicas, pero sí que representen a los
ciudadanos. Los técnicos son la administración, y allí sí tenemos un drama,
porque la mayor parte de nuestros distritos tienen una administración muy
débil.
¿Cómo afectan estas carencias técnicas al
proceso?
Hay un déficit grande. Tenemos el servicio
civil congelado hace treinta años, simplemente por restringir el gasto en
personal, entonces el personal nombrado antiguo está muy desmotivado, pero como
las entidades seguían exigiendo personal, lo que se hizo fue ampliar cada vez
más el personal de confianza. Tenemos una combinación muy mala entre personal
antiguo desmotivado y poco calificado, y personal nuevo más motivado, pero no
podemos asegurar qué capacidades tiene, sino que lo que importa es la relación
con las nuevas autoridades. Nuestras administraciones son muy débiles, y allí
tenemos un desafío como país. Mientras no enfrentemos la reforma del empleo
público, pero no como lo plantea la autoridad en el servicio civil, concentrada
en las autoridades del gobierno nacional, mientras que la reforma del sector
público no llegue a los municipios y los gobiernos regionales, vamos a seguir
teniendo un Estado de mala calidad.
Por: Eduardo Nizama, periodista de Diario La
República. Edición publicada el domingo 09 de noviembre de 2014.
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