Investigador del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO)
El canon es el mecanismo por el cual 50% del
Impuesto a la Renta (IR) pagado por las empresas del sector extractivo
(minería, gas, petróleo, pesca, hidroenergía y forestería) va a las regiones
donde se realiza la actividad productiva que genera esa renta. Al interior de
estas, 15% va al Gobierno Regional,
5% a las universidades, y el resto a los gobiernos locales, en mayor proporción al distrito y a la provincia en donde se ubica la actividad.
5% a las universidades, y el resto a los gobiernos locales, en mayor proporción al distrito y a la provincia en donde se ubica la actividad.
Todos los años el MEF estima los ingresos
tributarios y los consigna en el presupuesto público del año siguiente. Sobre
esa base, aprueba a los gobiernos regionales y locales su Presupuesto
Institucional de Apertura (PIA). Después, a mediados de año, ya sobre la base
de los impuestos efectivamente pagados en Marzo, se aprueba el Presupuesto
Institucional Modificado (PIM) y se transfiere a las autoridades sub nacionales
los recursos del canon.
Para el 2013 el MEF había programado
transferencias por canon a los gobiernos regionales y locales por un monto de
4,761 millones de soles. Pero solo les transfirió 3,631 millones de soles. Eso
es 1,130 millones de soles menos de lo estimado. 1,130 millones de soles menos
que las autoridades sub nacionales, con base en la información del propio MEF,
ya habían asignado en discusión con las poblaciones regionales y locales
mediante los presupuestos participativos. 1,130 millones de soles menos que lo
formalizado en los PIM en el mes de julio, apenas semanas antes de hacer la
transferencia con tamaño recorte.
¿QUÉ
PASÓ? EN REALIDAD, PASARON VARIAS COSAS.
De un lado, una disminución en la producción
y venta de minerales y una caída en el precio internacional de estos minerales,
especialmente por baja de la demanda china. Además, como resultado de la
negociación de inicios del gobierno con las empresas mineras, las
contribuciones adicionales que estas hacen directamente al gobierno central
(gravamen voluntario e impuesto extraordinario) se consideran costos, y por
tanto se descuentan en el estimado del IR que pagan. Menos producción vendida a
menos precio y deducción de mayores costos dan como resultado menos IR y como
consecuencia menos transferencia a las regiones y municipios.
De otro lado, una increíble actitud MEF, sobre
la que aún no dan explicaciones ni se piden disculpas ni se pagan
consecuencias. Es que no se entiende como, si ya desde el año pasado se
discutía internacionalmente sobre la caída del precio del oro y del cobre; si
ya desde el año pasado los pagos anticipados del sector minero a la SUNAT eran
menores que los estimados; si ya desde inicios de este año se discutía
abiertamente sobre el tema en los medios y en los foros especializados; ¿cómo
es que formalizaron en enero y después en julioestimaron PIAs y PIMs tan
equivocados? ¿Y cómo es que transfieren una cantidad tan menor a la estimada
solo semanas antes sin diseñar alguna medida para paliar sus efectos?
Una interpretación generosa diría
incapacidad, irresponsabilidad y desidia. Se equivocaron y después soltaron la
transferencia sin preocuparse por las consecuencias que esto tendría: proyectos
paralizados, trabajadores despedidos, proveedores impagos.
Una interpretación más maliciosa diría
estrategia recentralista para tomar control del gasto sub nacional. Porque,
claro, hecho el daño, ahora el MEF propone que evaluará junto con las
autoridades regionales los proyectos de inversión paralizados para decidir a
cuales si les da dinero y a cuales no, o para pasar algunos a las carteras de
inversión de los ministerios centrales. ¿Interesante no? Justo para el año
electoral 2014 en que se deben elegir nuevamente autoridades regionales y
locales, el Gobierno Central será el que cortara el jamón respecto de cuanto y
en que se invierte en las regiones.
En todo caso, hay que sacar rápidamente las
lecciones de la experiencia y poner soluciones inmediatas y de mediano y largo
aliento, algunas de las cuales ya han sido planteadas por la Asamblea Nacional
de Gobiernos Regionales y por la REMURPE y la AMPE.
Hay que generar inmediatamente un fondo de
compensación para estabilizar los presupuestos de inversión regionales y
municipales afectados de los años 2013 y 2014. No es aceptable arreglar el
problema hasta fin de este año y dejar colgados a los gobiernos sub nacionales
en el 2014, justo en año electoral.
Hay que revisar el acuerdo con las empresas
mineras para que esos aportes extraordinarios se distribuyan también a las
regiones y municipios.
Hay que generar un fondo de ahorro y
estabilización para ahorrar parte de la renta extractiva en épocas de vacas
gordas y compensar en épocas de vacas flacas. Hay ejemplos en América Latina y
el mundo que se pueden seguir.
Hay que avanzar en la descentralización
fiscal para que todos los ingresos del estado (no solamente el IR del sector
extractivo) estén sujetos a un mecanismo de asignación territorial consensuado
y previsible.
Hay que generar procesos más transparentes
para que todo el mundo pueda saber en tiempo real cuanto se produce, cuanto se
vende, cuanto ingresa y cuanto le toca a cada quien, para que no se den estas
“sorpresas”.
Y, por sobre todas las cosas, hay que
depender menos de la minería y de las extractivas en general –que son volátiles
por naturaleza- diversificando nuestras fuentes de dinamismo económico y renta
púbica.
Detalle final: MEF y SUNAT serían mis
primeros candidatos en la severa aplicación de una Ley Servir que no exceptúe a
las supuestas islas de modernidad.
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